Con permiso del Café Wien de Playa del Inglés, del que hablamos al final, las cafeterías más recomendables del sur de Gran Canaria se concentran en el lujoso barrio de Meloneras. Hay varios establecimientos renombrados, pero aquí la calidad y los precios son bastante uniformes. Por ello, mejor que cafeterías concretas, te recomiendo más bien un tranquilo paseo por dos zonas:
- Paseo marítimo de Meloneras (desde el Faro). Se trata del paseo marítimo más animado del sur de la isla. Cuenta con todo tipo de tiendas chic y restaurantes, así como las cafeterías que nos ocupan: Café de París, Maximilliam's, Pingüino Soul... Tienes también un Café del Mar... a precios de Café del Mar.
- Boulevard Oasis Meloneras (bajo el hotel Baobab y frente al casino Costa Meloneras): aquí encontrarás un ambiente más despejado, con grandes butacones y sofás. Todo muy lounge, muy chill-out y muy moderno, pero más o menos a los precios razonables de Gran Canaria.
Por la zona gay en Playa del Inglés tienes las siguientes posibilidades, no tan llamativas pero sí más a mano cuando te alojas cerca del Yumbo:
- Centro comercial Yumbo: abren solo por la tarde-noche. Personalmente no nos convence ninguna, bien por precio, por calidad, por atención o por las tres cosas. Tienes Edén (en la plaza; los mejores helados de la zona), La Bulle (en la plaza) y Café de París (3ª planta; repostería francamente mejorable).
- Detrás del Yumbo (en la calle del Hotel Neptuno): Nuevo Rokokó (muy pequeñita y algo oscura; ambiente bear) y Capuccino House.
- Centro comercial Cita: MAUU (modernita) y el Café Wien de toda la vida, ambas en la planta alta. Más información a continuación.
El Café Wien (pronunciado Vin, o simplemente Viena como lo llamamos los españoles) es probablemente la cafetería más conocida de Maspalomas, y por ello le dedicaremos una atención especial. Se ubica en la primera planta del centro comercial Cita, junto a la cafetería Marlène y la tienda gay C.C. Code. Por tanto está cerca de la entrada principal a las dunas, por el hotel Riu Palace. Cuenta con un público gay absolutamente fiel, sobre todo osos y hombretones entre 30 y 50 años. Lo divertido viene por el contraste entre dicha clientela tan macha y el establecimiento en sí, que no podría ser más mariquita: rosa y blanco por doquier, molduras de escayola, menaje decorado con florecitas, etc. Sus tartas son famosas, pero no cuentes con pillar un trozo si llegas más tarde de las 16h. La hora más animada es a la vuelta de la playa. Sobre todo los fines de semana, el café de las cinco en el Viena es nuestro equivalente gay al té de las cinco en Gran Bretaña: ¡una institución! Cierra bastante temprano, como mucho a las 18-19h.
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